Les compartimos parte del proceso creativo con-vivido en Colombia de Febrero a Abril de 2018, en donde tuvimos la oportunida de conocer a  los miembros y directora del Teatro Itinerante del Sol, además de visitar La Lomita, la Maloka y la bella Villa de Leyva, un territorio lleno de santuarios en la naturaleza y arte entre sus gentes. Desde la sierra de Tapalpa nos movimos ahí, un territorio con árboles desaparecidos en la antiguedad de sus rocas, en donde se lograron esconder las lagunas más altas del mundo, lugar en donde la cultura Muiska se colocó en las faldas de la laguna sagrada de Iwaque y dió origen al mito de Bachue y la Guacamaya.
En ese mismo lugar también por ahí de 1980’s un grupo de jóvenes inspirados por la maestra Beatriz, que junto con otros dos compañeros de época crearon un santuario de piedra, barro y madera construido especialmente  para la creación escénica integrada a las dos grandes maestras del Teatro Itinerante del Sol, la maestra Naturaleza  y la maestra Convivencia.

 Esta residencia nos sirvió para exprimir y decantar elementos de vestuario, escenografía y parte del diseño sonoro de la nueva pieza, en que en conjunto con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México, bajo el programa de Creadores Escénicos, estamos actualmente cociendo a fuego lento desde hace algunos meses. Con este periodo en el Teatro Itinerante del Sol la estrucutra del nectar que da forma a la semilla quedo sembrada en los corazones del elenco para sembrarla y darle agua y sol para su crecimiento.  Esta oportunidad de experiencias intensas en los procesos de creación colectiva la vivimos gracias a  la residencia artística fue apoyada por el programa Centros de Creación Escénica de IBERESCENA, gestionado por los miembro del Teatro Itinerante del Sol, con artistas provenientes de Colombia, España y México. Mezcla de acentos, colores y sabores de una memoria compartido en donde se plantó desde un inico la propuesta de crear una obra colectiva en base a la premisa “El Don de la Tierra”, montaje de creación colectivo que nos permitió aprender en terminos humanos y artísticos,  realizando un periodo constante de entrenamiento en el vientre de la Maloka.

Concluimos el proceso después de un mes y medio de aprender de las dos grandes maestras, La Convivencia y la Naturaleza, y nos despedimos con una serie de presentaciones en Villa de Leyva y la Comunidad Muiska de Rakira, en donde compartimos parte de los actos escénicos tejidos en la Maloka y que intencionamos para la creación Yukuita, obra en la actualmente nos encontramos trabajando  en nuestro territorio de Tapalpa. Abajo pueden disfrutar de algunas fotos del proceso creativo.